En una de esas rutas de las "tranquilitas", subiendo por la Pista El Fayal en dirección a Las Lagunetas, bajando luego por la Pista Pata del Guanche, Pista Cueva Barroso y enlazando luego con la Pista Las Aguilillas, regresando por la Pista a La Esperanza que sale desde Cruz de Fune y, más concretamente, en el Bar Las Lagunetas, porque la parada era obligatoria, tuve una interesante conversación con un amigo y conocido gracias a las dos ruedas que, luego, por esas casualidades, se prolongó un rato más en el Bar Las Raíces, ya que terminamos cada uno nuestra ruta al mismo tiempo.
Estábamos alegando sobre el comportamiento de los usuarios de monte y ambos habíamos llegado a las mismas conclusiones. Son dos conclusiones muy básicas y al contrario de lo que puedas esperar, poco habituales:
- Todos, con nuestras prácticas deportivas y lúdicas (legales, se sobreentiende) tenemos cabida en el monte.
- Es mejor el autocontrol a que el Cabildo de Tenerife se "jarte" de la falta de civismo de unos pocos y empiece su tan conocida política de prohibir, prohibir y prohibir.
Así que hago un resumen aquí de esa conversación en forma de decálogo de consejos que espero sirvan para algo.
- Tu actitud no sólo te afecta a ti sino a todo el colectivo que representas.
- Es decir, que si te comportas como un cabestro, quien te vea y te juzgue, no sólo lo hará sobre ti, sino sobre todos los que practiquen lo mismo que tú.
- Si lo llevas, llévatelo.
- Es decir, que si cargas cosas -comida, bebida, repuestos, herramientas...- en tu mochila o en tu vehículo, bien sea porque vas a disfrutar del monte o bien porque vas a trabajar en él, nada te impide llevarte las latas, envoltorios, botellas, repuestos rotos y demás restos contigo.
- Te aseguro que una lata vacía pesa muchísimo menos que una llena. Y si accedes al monte en vehículo incluso no te pesará nada.
- Si lo practicas, infórmate.
- Y es que no basta con ir a recorrer al monte y ya está. No está de más tener algo de información sobre tu ruta, los sitios que recorrerás, qué puedes hacer y qué no puedes hacer en cada momento, conocer qué material necesitas...
- Como decía no sé quien, lo aprendido no ocupa lugar.
- Respeta y exige respeto.
- El respeto, o la actitud de tenerlo, no es algo que se aprenda ni se estudie ni se pueda poner en un decálogo. Va con el sentido común, en el mismo paquete.
- Lo último es condición sinecuanum de lo primero. No creo que haya que decir mucho más.
- ¡Cuidado con lo que no es tuyo!
- Y es que aunque suene raro e increíble, dentro de lo que consideramos monte hay propiedad privada. El ejemplo más claro sería la finca de Casa Don Leandro, por poner un ejemplo, pero no es el único.
- Por favor, usa el sentido común (releer punto 4), piensa en cómo te sentirías si fueras tú el propietario y da muestras de tu educación (releer punto 1).
- Compañerismo y camaradería: indispensables.
- En el monte el compañerismo y la camadería son valores indispensables. Forman un tandem junto con el respeto, el sentido común, la buena educación, el civismo y el cuidado del entorno.
- Si te cruzas con otro usuario, saluda. ¡Esos buenos días/tardes! ¡Qué no se diga!
- Si crees que alguien está en apuros o necesita ayuda, párate y ofrécete. Otro día puedes ser tú quien la necesite.
- Déjalo igual o mejor a como lo encuentras.
- Vale, lo reconozco, es un clásico. Todos los decimos. Pero te hago una pregunta: ¿cuántas veces has recogido una lata o una botella del monte, la has metido en tu mochila y la has devuelto a la civilización?
- Si cada uno de nosotros recoge al menos 1 resto no biodegradable y se lo lleva en su mochila para depositarlo luego en un contenedor de basura, haríamos mucho.
- Sólo es necesario eso: recoger una cosa, cada uno de nosotros, en cada ruta o salida al monte que hagamos.
- A partir de aquí...
- ... puedes explayarte con consejos prácticos de todo tipo que en su mayoría aporta la experiencia personal de cada uno y que varían según lo que practiques o el uso que des a nuestro monte.